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Los cambios culturales, metodológicos y organizativos necesarios a nivel institucional para la inclusión de TIC en los procesos de enseñanza y aprendizaje

La inclusión de Tecnologías de la Información y la Comunicación en los proyectos educativos, especialmente aquellos que proponen la integración de plataformas digitales, plantea un interesante espectro de consideraciones que incluyen lo político, lo pedagógico, lo cultural, lo cognitivo y lo didáctico, entre otros aspectos. En efecto, pensar en la gestión educativa de este tipo de proyectos nos lleva a poner el foco de atención en tres líneas de exploración fundamentales que plantean los desafíos a enfrentar:
  • Promover cambios en la organización.  Las transformaciones a nivel institucional constituyen verdadero desafío que supone, incluso, transformar los modos de concebir la propia gestión educativa.
  • Potenciar lo didáctico y afianzar lo pedagógico.  La formación docente plantea un doble desafío: el desarrollo de competencias digitales de los profesores es un tema central, pero es preciso a la vez contemplar estrategias para su desarrollo en lo que refiere específicamente a la enseñanza en entornos virtuales.
  • Diseñar procesos de evaluación para la mejora.  Asumir los desafíos institucionales y pedagógicos implica también aceptar el reto de lograr una integración digital genuina, tendiente a mejorar los procesos en enseñanza y de aprendizaje significativos, socialmente válidos y culturalmente relevantes. Para esto, es fundamental asumir una evaluación para la calidad.
Un sucinto recorrido por cada uno de estos tres desafíos nos permitirá abrir la pregunta por la relación entre la gestión educativa y la calidad. Y acaso nos anime a emplazar una apuesta: asumir estos retos desde la gestión supone orientarnos hacia una meta de calidad definida por los cambios necesarios para hacer progresivamente de estos proyectos alternativas sólidas desde lo institucional, potentes desde lo pedagógico y didáctico y  significativas e inclusivas  desde lo social y cultural.

Promover cambios en la organización 

A la hora de ahondar en el concepto de gestión educativa en su dimensión pragmática y política visualizamos un abordaje de la cuestión en dos niveles: un nivel micro para reflexionar sobre los desafíos a los que los docentes y directivos se enfrentan en relación con la inclusión de las TIC, y un nivel macro referido a las políticas de Estado, poniendo especial interés en reconocer que tanto en un caso como en el otro es importante destacar que hablar de gestión tiene que ver con acciones y fundamentalmente con personas, por  lo cual los resultados varían según los individuos, como explica Casassus en “Problemas de la gestión educativa en América Latina” (2000) cuando distingue a los seres humanos de las máquinas triviales.

Nos enfocaremos en este artículo en el nivel micro, y nos proponemos pensar a su vez en dos escenarios posibles: en primer lugar, el desafío del docente que se propone generar una transformación efectiva e innovadora en los procesos de enseñanza y aprendizaje de sus alumnos, evitando abordajes utilitarios o tecnócratas ​que conducen a una pérdida de prioridades educativas y a la mera adopción de modas, y, en segundo lugar, el desafío del equipo de conducción institucional que asume el reto de transformar el proyecto educativo institucional incluyendo las TIC en forma orgánica. Aquí el desafío de gestión claramente involucra no sólo acciones y personas sino también la activación de procesos y mecanismos de control de los mismos para asegurar el desarrollo de procesos de mejora continua que garanticen la calidad educativa. En este sentido, se concibe a las organizaciones como sistemas de gestión, así, diseñar un sistema de gestión de calidad apoyado en el modelo de mejora continua apunta a enfocarse en los procesos que son, de alguna manera,  los vectores que garantizan la calidad.
Ciclo de mejora continua en un sistema de gestión de calidad

En cuanto a los desafíos de la gestión es fundamental no olvidar la referencia que realiza Casassus (2013) al contexto externo que enmarcan estos desafíos. De esta manera, es de vital importancia comprender que las ofertas en entornos virtuales no pueden ser gestionadas de la misma manera que las propuestas presenciales, por lo tanto, los cambios en la forma de pensar y concebir la educa-ción a distancia o los proyectos con TIC deben ir acompañados de políticas públicas y normativas que garanticen su funcionamiento. 

La incorporación de las TIC exige permanentes adecuaciones que acompañen los procesos educativos pero, a su vez, exige que haya un cambio en la gestión de los procesos que se dan en una oferta educativa en entornos virtuales de enseñanza y aprendizaje (Juarez Jerez: 2012). Entre los cambios que se deben considerar se pueden mencionar los referidos a la evaluación de los aprendizajes, la capacitación docente, los criterios de acreditación, la asignación de cargos, la creación de nuevas áreas, etc.

De todas maneras, el contexto interno es también muy importante ya que es fundamental la intención institucional de generar los cambios deseados. Para esto, creemos interesante resaltar el tercer modelo de innovación propuesto por Juarez Jerez (2012). El mismo evita que la innovación suceda de arriba hacia abajo, donde muchas veces el hecho de hacerla obligatoria no toma en cuenta los intereses de los docentes, y de abajo hacia arriba, ya que muchas veces termina sucediendo lo que Bates (2005) denomina llanero solitario. Para el autor es fundamental crear un modelo a partir de la combinación de estos dos para “que se aúnan los esfuerzos de la institución y de los docentes simultáneamente” (Juarez Jerez, 2012:50) y, así, impulsar un cambio en lo organizativo para profundizar la innovación.

Potenciar lo didáctico y afianzar lo pedagógico

Como ya mencionamos, otro gran desafío lo constituye el desarrollo de las competencias digitales de los docentes a través de propuestas de formación, generar espacios para la innovación y el trabajo colaborativo docente, la posibilidad de desarrollar y compartir experiencias de enseñanza y aprendizaje potentes, con inclusión genuina de tecnología, a partir del trabajo en entornos virtuales que contemplen una adecuada y continua propuesta de actividades para su formación. La formación docente debería incorporar propuestas de diseño de contenidos y temas de enseñanza que fundamenten la incorporación de TIC en los proyectos educativos, en los procesos de enseñanza y aprendizaje y en las instancias de evaluación. A su vez, consideramos importante sumar las dimensiones que menciona el Sistema Institucional de Educación a Distancia (SIED) respecto a la capacitación docente en términos tecnológicos y comunicacionales.

Diseñar procesos de evaluación para la mejora

Uno de los desafíos más importantes que presenta la gestión de proyectos con TIC y los entornos virtuales de enseñanza-aprendizaje, tiene que ver con la evaluación de calidad. En primer lugar, el desafío radica en una evaluación diferente a la realizada sobre propuestas presenciales. Asimismo, la evaluación de calidad será un proceso complejo porque tampoco hay un acuerdo universal sobre el concepto “calidad”. Tomando las ideas de Marciniak (2018), varios autores sostienen que la calidad se relaciona a la satisfacción de los usuarios-estudiantes, mientras que otros la definen a partir de los resultados académicos y los aprendizajes obtenidos. Aun así, la evaluación es importante porque “es una oportunidad para un aprendizaje significativo, que reformule y cuestione marcos de referencia” (Niremberg, 2013:158). Se trata de poder identificar errores o problemas para poder intervenir y corregir para acercarnos a nuestros objetivos.
En función a lo que venimos desarrollando, consideramos importante destacar aquellas dimensiones comunes que Marciniak pudo identificar en su análisis sobre proyectos de evaluación de calidad. Entre ellas mencionamos: contexto institucional, los docentes, los estudiantes, lo pedagógico, infraestructura tecnológica y la evaluación del ciclo de vida de un curso virtual (diseño, desarrollo y resultados). De todas maneras, la complejidad vuelve a radicar en cómo son consideradas estas dimensiones ya que tampoco hay acuerdos unánimes acerca de qué es cada una. Sin embargo, nos sirven como marco de referencia a la hora de poder pensar la evaluación de calidad de un entorno virtual de enseñanza aprendizaje.
Estamos convencidos de que  la incorporación de TIC posibilita el desarrollo de espacios propicios y estratégicos de innovación que permiten diseñar propuestas que den respuesta a los desafíos culturales, tecnológicos y epistemológicos actuales. En el caso de propuestas de educación a distancia, de manera particular, contribuye a la democratización del conocimiento, a garantizar el acceso, expandir y diversificar propuestas de enseñanza y aprendizaje.  De esta manera, la gestión de proyectos sólidos, significativos e inclusivos se nos revela en sintonía con el desafío de  desarrollar propuestas innovadoras que apunten a formar estudiantes que desarrollen el pensamiento crítico y creativo y habilidades de comunicación e interacción.

Por: Lía Izquierdo, María Elisa Aracena, Guido Crespo Segura, Déborah Schachter y María Gabriela Cristiani

Referencias bibliográficas:

-Casassus, Juan (2000) “Problemas de la gestión educativa en América Latina (la tensión entre los paradigmas de tipo A y el tipo B)”. En Internet: http://ceadug.ugto.mx/iglu/Mod%20III/lecturas/Problemas_gestion_educativa1.pdf
-Juárez Jerez, Hada G. (2012) “El cambio organizativo frente a los entornos virtuales de enseñanza y aprendizaje. Propuestas para la gestión”. Revista VEsC Año 3, Nro 4. En Internet: http://revistas.unc.edu.ar/index.php/vesc/article/view/1888/944 -Marciniak, R., y Gairín Sallán, J. (2018). “Dimensiones de evaluación de calidad de educación virtual: revisión de modelos referentes”. RIED. Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 21(1), pp. 217-238. doi: http://dx.doi.org/10.5944/ ried.21.1.16182
-Niremberg, Olga (2013) “Evaluación: aspectos conceptuales y diseño” (Capítulo 4), en Formulación y evaluación de intervenciones sociales. Buenos Aires: Noveduc


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